28.11.09

COMO PENSAR EL ABUSO SEXUAL INFANTIL


Malena

Un integrante de un equipo de orientación escolar dispone lo necesario para comenzar el encuentro de Orientación Vocacional. Una tarea sencilla, piensa, que tiene que ver con lo preventivo en un séptimo grado: es decir, un espacio donde cada uno elegirá su futuro, su profesión, construirá el camino a seguir.

La técnica administrada es la autobiografía. Cada niño o niña escribirá en una hoja de su carpeta sobre su historia de vida. Luego se le consulta si alguien quiere leerlo en clase. Ahí esta nuestra niña, tercera de la fila, levanta la mano tímidamente y dice “yo”. Se pone de pie y comienza a leer “Soy Malena, tengo doce años y mi papá abusa de mí desde los cinco…” Luego desvanece. Sus compañeros parecen no entender, no creer lo que acaban de escuchar. La orientadora escolar llama a un servicio especializado en maltrato infantil. El servicio asiste a la niña y también a la docente que en entrevistas posteriores relata haber sido victima de abuso sexual en su infancia y no haberlo contado hasta el momento

.

El A.S.I. (Abuso Sexual Infantil) es una problemática social, por el número de casos y por ser una forma por acción de maltrato infantil. Escuchar un relato de ASI nos afecta, nos involucra aunque no estemos presentes en la escena.

Como profesionales debemos ser cuidadosos en la forma de intervenir ante los casos de A.S.I. Las intervenciones deben incluir un análisis exhaustivo de los recursos del niño o niña, su resiliencia; como así de los recursos de su familia, de su familia extensa, de la comunidad donde reside y de los profesionales intervinientes, incluyendo un trabajo en red de la totalidad de los recursos existentes.

Las personas afectadas por el A.S.I. presentan una sensación de extrañeza, irrealidad, dolor, tristeza, sentimientos de vacío existencial, vivencias de culpabilidad y vergüenza.

El A.S.I. corresponde a la utilización de un menor por parte de un adulto en una actividad de carácter sexual sin el consentimiento de la víctima, ya sea por el uso de la fuerza o por no comprender plenamente el acto al cual ha sido sometido debido a su inmadurez psicofísica o nivel de comprensión.

El A.S.I. no es sinónimo de violación. Este es un acto de acceso carnal accedido a través de la fuerza e intimidación de la víctima. En el abuso sexual infantil raramente se utiliza la fuerza física para lograr contacto con el niño, que no ocurre en forma aislada o accidental.

Los niños víctimas no relatan con frecuencia estos hechos en forma espontánea, pero si lo expresan al preguntársele, por lo tanto revestiría de vital importancia para su detección la inclusión de este interrogante en las historia clínicas.

A pesar de ello Malena relatar el A.S.I. Realmente el A.S.I. tomaba la mayor parte de su biografía ¿Qué la llevo a contarlo ahora? ¿Qué no le permitió contarlo antes? El Dr. Reynaldo Perrone ofrece un modelo de comprensión de respuesta a estos interrogantes. El Dr. Perrone expone que aquellos sujetos que han padecido abusos sexuales infantiles en desigualdades en términos relaciones, es decir en relación de poder, presenta un estado con conciencia modificada, al que denomina estado de trance. Esto implica la posibilidad de relatar el A.S.I.: mantener el secreto por la vivencia de que algo esta mal y por la indicación del abusador. Es una relación abusiva, donde un adulto influencia a un niño y éste que atrapado, robado de su infancia.

En el trance hay una caída de la capacidad de crítica y discernimiento.

También se pierde la capacidad del resto de los convivientes para operar: la mamá no escucha nada, el hermano no oye a pesar de dormir en la misma habitación. El abusador mismo ha estado en aquel trance: cuando ha sido victima de abuso sexual en su infancia o cuando ha visto/no visto el abuso sexual de sus hermanos/as.

El niño se encuentra “hechizado”, atrapado en un “no contarás”, “es un secreto”, “queda entre nosotros” y en la amenaza “si lo decís voy a matarte”, “voy a matar a tu mamá”, “se enojan con vos, porque vos lo provocaste”, “vos te lo buscaste” o aun “todos los padres hacen esto los hijos”, “lo hago por tu bien”. El abusador deja en el niño la culpa de A.S.I. y la responsabilidad de proteger o mantener a la familia “unida”.

Estas familias se muestran como una imagen de familia sin mayores problemas, manteniendo oculto el A.S.I. El sostenimiento de este secreto incluye a todos los miembros del grupo familiar, aunque más tarde se cuestionara solo a la victima de mantener el secreto.

El concepto de hechizo en el A.S.I. desarrollado por el Dr. Perrone es viable de ser relacionado con el síndrome de S.A.A.S.I., ya que este hechizo da lugar a transitar el S.A.A.S.I.

En 1938 Ronald Summitt describe el S.A.A.S.I. para explicar las crisis del abuso sexual, la que refiere al abuso en sí mismo y a la crisis del develamiento del A.S.I.

El S.A.A.S.I. incluye cinco instancias.

1.- Secreto

Es frecuente que el agresor presione a la victima para que esta mantenga en secreto el ASI. El secreto es impuesto por la manipulación emocional, la amenaza, los sentimientos de culpabilidad. Las amenazas atemorizan a la victima, pero por otro lado el abusador le dice que si mantiene el secreto protegerá a su mama, hermanos, etc. Ya que si expresara el ASI se desintegraría su familia, caerían en la ruina económica, la internarían en un hogar, podría ir preso todo por su exclusiva responsabilidad, siempre y cuando alguien le creyera. El agresor convence a su victima que esta tiene poder para destruir a su familia y la responsabilidad de mantenerla unida. Los valores morales que le habían sido dados se encuentran totalmente alterados ya que mentir y ocultar se transforman en la forma de proteger a su familia. El mantener este secreto impide que la victima construya vínculos más o menos profundos con otros, aislándose y acrecentando los sentimientos de culpa y vergüenza. El niño mantiene el secreto a pesar de vivir la relación como peligrosa e incorrecta.

2.- Desprotección o Indefensión

La educación impartida a nuestra infancia conduce a los menores a evitar a personas desconocidas y obedecer, ser amables y cariñosos con las personas cercanas, constituyendo un factor de riesgo para el ASI, y a la vez para el sentimiento de desprotección de las victimas. El niño confía plenamente en las personas cercanas y no espera recibir de ellas una conducta inadecuada, sino protección. Si un adulto de su confianza lo somete al ASI el menor se sentirá traicionado en su confianza y totalmente desprotegido. Este ASI provoca en la victima el desarrollo de sentimientos de impotencia y desprotección que pueden perdurar a lo largo de toda su vida, y generalizarse al resto de sus relaciones interpersonales.

El menor se encuentra totalmente indefenso ante el abusador, no existe de responsabilidad ni culpa del niño ante el ASI.

3.- Atrapamiento y adaptación

El ASI cometidos por personas conocidas y de referencia para el niño es una experiencia recurrente, que se produce generalmente más de una vez. Debido a las imposibilidades de la victima de frenar el ASI, la victima tiende a adaptarse a la situación abusiva como método de supervivencia. La victima se encuentra atrapada por el secreto y la responsabilidad de mantener a su familia protegida de la desintegración y el dolor con el que el abusador le amenaza. Invaden a la víctima fuerte sentimientos de atropamiento y vivencias de que nunca saldrá del ASI.

4.- Develamiento tardío

También llamada fase de la revelación retardada, conflictiva y no convincente. Hay muchos casos de ASI que nunca han sido descubiertos. Esta etapa de develamiento tardío se produce porque la victima mantiene el silencio, hasta que puede comenzar a hablar y cuando lo cuenta se duda de su veracidad, de porque no hablo antes, si esto no es su fantasía, etc. En casos de desconfianza y negación por parte de la figura materna u otros miembros significativos del grupo familiar ante la develacion del ASI se observa el desarrollo de la patología alimentaria, cuya relación se expondrá en párrafos posteriores. La desconfianza y descreimiento que percibe la victima de parte de su oyente hacen que se cumpla uno de los preceptos del ofensor de que no será creída, y el ASI continuara en secreto entre abusador y abusado, a pesar del intento de la victima, a través de su relato, de recibir algún tipo de ayuda.

5.- Retractación

Aquellas victimas que no han recibido apoyo luego de la develacion, ya sea por que no les creyeron o porque sencillamente no se efectuaron acciones específicas que anularan los sentimientos de culpa y vergüenza, o incluso el cese del ASI es frecuente y habitual que se retracten de sus dichos. Ante la respuesta indiferente; nula o escasa del medio puede afirmar que esta es una invención; que esto no ha ocurrido; asumiendo un rol de perturbada, perversa y desequilibrada pero manteniendo una aparente armonía y estabilidad de su familia. Estos grupos familiares creen mas la retractación que el ASI, implicando esto enormes riesgos psicológicos a partir de esta no credibilidad y retractación

El conocer el S.A.A.S.I. ayuda a comprender lo que le sucede a los niños o lo que le sucedió a los adultos en una dinámica de tanta complejidad y atropamiento.

El secreto es dado en el marco del “hechizo”, es precondición del abuso. Aunque hay una condición aún anterior, que es la vulnerabilidad previa de la victima. Desde ya que la edad, es decir su condición de niño y la educación que indica la obediencia a los adultos es un factor, pero aquí hago referencia a la hipótesis de Rosa Inés Colombo, donde plantea que el A.S.I. es dado en una familia en la que existen disfunciones parentales y en espacial cuando no es eficaz el cumplimiento de las funciones materna siendo que estas cuestiones dejan al niño con una desprotección que pueda dar lugar al maltrato. Esta vulnerabilidad es resultante, entonces, de factores individuales familiares y sociales. Como sociedad no damos el espacio propicio para la promoción de la salud que empodere a los niños de forma tal que vivencien su cuerpo como no loable de tocamiento, excesos, abusos, y que acerque al adulto a una consulta si siente algún tipo de deseo de contacto sexual hacia un menor ¿No debería ser ésta una política de estado? ¿Puede un niño autoprotegerse?

El A.S.I. transcurre, la mayoría de las veces, en el domicilio del niño o en lugares familiares a éste, y los abusadores son sujetos familiares, amigos o de un círculo de confianza ¿Cómo enseñar a los niños que deben cuidarse aún de quienes aman y/o de quienes están a cargo de su cuidado? El niño percibe ante el A.S.I. que algo peligroso y temible lo invade. Allí en el hechizo, en el inicio del S.A.A.S.I., se observa en los niños victimas de A.S.I. desordenes disociativos. Comienza a disminuir su interés por la escuela, los amigos, las tareas diarias. El A.S.I. se presenta en forma arrasadora en un Yo débil, mostrando al niño en un estado de anestesia emocional con fuertes temores al contacto, rechazo, y un gran monto de angustia ligado a la culpa. Si el A.S.I. persiste y/o si el S.A.A.S.I. cumple sus cinco instancias se presentan trastornos en el sueño, trastornos alimentarios, depresiones severas con ideaciones y/o intentos suicidas, patologías en la alimentación como anorexia o bulimia y trastornos esfinterianos como encopresis, y enuresis.

Ante el A.S.I. el Yo se defiende por medio del mecanismo de disociación.

El hechizo actúa imposibilitando la huida y la fuga es dada desde el aparato psíquico para evitar el derrumbe o la aniquilación. A la vez el abusador promueve la idea de que todo estaría bien en la medida que el niño no devele el secreto, dando la imagen de que mantiene el equilibrio familiar y la responsabilidad de estos; además de la culpa del A.S.I. También le da al niño un relato de derrumbe y desmoronamiento individual, familiar, económico, etc. ante una posible revelación. Por ello el develamiento tardío se produce a raíz de un conflicto familiar grave, un descubrimiento de una tercera persona, un enamoramiento de la victima sobre alguien de su edad y condición, ante un embarazo consecuencia del A.S.I., entre otros.

A pesar del esfuerzo de niño en esta revelación tardía la retractación puede darse.

“Han pasado dos años. Su padre continúa detenido y Malena es obligada por su madre y el abogado de su progenitor a escribir un diario intimo negando el A.S.I., describiendo que todo ha sido una mentira. La rotura del himen de larga data, a pesar de sus doce años de edad, es explicada por sus encuentros con un novio del que no quiere decir nada. Este diario es aportado al proceso judicial”. “Malena había contado hacia dos años que su padre la pasaba a buscar por su casa a las cinco de la tarde, la llevaba a un lugar donde guardaba el taxi que conducía y allí abusaba de ella, todos los día”. “En la escuela una trabajadora social encuentra un acta firmada por los padres de Malena. Ambos padres habían sido citados cuando la niña tenía ocho años y se le consulta si el padre había tocado alguna vez a la niña, puesto que esta lo había contado. A la pregunta los padres dicen no, negando cualquier tipo de contacto de estas características. ¿Es esta la modalidad de intervención con la que podemos enfrentarnos al A.S.I.? ¿No es esta una nueva victimización? A pesar de ello cuatro años más tarde Malena vuelve a contarlo en la escuela y ahora lo escribe y lo lee frente a sus compañeros. El descreimiento, culpabilización y rechazo materno no ayudan a la niña, generando un abuso aún mayor

.

Debemos brindar protección a los niños y niñas victimas de abuso sexual, explicita porque presenta sentimientos de culpabilidad y asegurarle que no es culpable, prevenir nuevos abusos disminuir su vulnerabilidad, ofrecer tratamiento psicoterapéutico también a su madre y n especial si ésta fuera víctima de A.S.I. y no ha tenido un espacio para su tramitación, situación que a la vez no le permitió proteger a su hija/o del A.S.I.

Teniendo en cuenta la edad del niño y los factores de vulnerabilidad dados, se debería diseñar el tratamiento adecuado, incluyendo a los miembros no abusados del grupo familiar y explicitando las dinámicas subyacentes, entre ellas el hechizo y el Síndrome de Acomodación al Abuso Sexual Infantil. A la vez es de carácter indispensable que el ofensor, en la mayoría de los casos abusados sexualmente en su infancia y/o adolescencia, reciba un dispositivo de tratamiento adecuado, incidiendo en el pronóstico el reconocimiento de los hechos, el relato de los propios A.S.I. padecidos y el diagnostico psicopatológico.

Malena padeció anorexia hiperrestricitiva. Continúa un tratamiento en un hospital de día psiquiátrico luego de varias internaciones. Sus padres y hermanos conviven en el mismo hogar y en circunstancias idénticas a las anteriores a la revelación.

Daniela: Una historia contada en dos diarios.

Ahí estaba la madre bajo la lluvia. Tocando el timbre en la puerta del instituto, sentada en su silla de ruedas. Le abro la puerta, entra y comienza a hablar: Su hija Daniela de dieciséis años de edad fue diagnosticada con bulimia nerviosa. Vomita, no come, se hace cortes en los brazos. Ella llora y dice no saber que hacer, que la llevo a diferentes profesionales, pero su hija le dice que no quiere vivir.

Vuelvo a como recibo a esta madre: en condiciones similares al test de la persona bajo la lluvia. Mojándose en su silla de rudas, sin ninguna protección. Me permito la licencia de analizar esa imagen, esa fotografía, como un grafico de este test. No tiene paraguas, ni ninguna otra defensa frente a la lluvia. Se encuentra ubicada sobre un enorme charco, a pesar de disponer de otros espacios sin agua en el piso. Ausencia de manos, ya que las mismas se encuentran dentro de las mangas de su suéter. Lluvia torrencial sobre si, no se coloca debajo del techo ubicado a escasos metros. Entre otros, en un grafico del test de persona bajo la lluvia estos son indicadores de ASI.

La mama relata que su hija ha padecido abuso sexual. Y dice que la condición de discapacitados motores de ella y su esposo les lleva a aceptar el ofrecimiento de ayuda de un joven vecino, que no podía continuar viviendo con su familia, quien inicialmente colabora con un emprendimiento comercial y luego reside en la vivienda del grupo familiar.

A los dos años de edad de Daniela, la pareja recibe un nuevo niño quien al año de edad fallece y ese mismo día nace una nueva niña. En la entrevista la mama de Daniela comenta que este joven vecino “vino a ocupar el lugar del hijo perdido” “yo lo quería como un hijo” “en su familia estaban agradecidos, ya no podían con el en la casa, pero se pusieron contentos cuando murió, sobre todo su hermano mas chico”.

¿Que tiene que ver todo eso con la consulta por la patología alimentaria?

Al día siguiente vuelve la mama de Daniela. Ya no llueve tanto. Continuamos con la entrevista. Cuenta que este vecino convivió con ello desde los 4 años de su hija hasta los seis años de esta. La convivencia cesa cuando encuentran a este joven ahorcado en el baño de su casa. Le dijeron a Daniela que este joven se había ido de viaje. Daniela pregunto por el por varios años. A la edad de nueve años vuelve sobre el tema ¿va a volver? La madre le explica que murió y que ya no volverá. En ese momento la niña hace un relato pormenorizado de los abusos sexuales a los que había sido sometida por el. Los abusos eran diarios. Su madre decide como comentar el hecho, y que la niña tampoco lo haga. En ese momento la progenitora recuerda que al hallar el cuerpo de este joven encuentran un diario intimo donde el describe sus sentimientos hacia las niñas de esta familia, y aporta datos que pueden pensarse como indicadores de abusos sexuales. La mama de Daniela había entregado este diario a la familia del muchacho, sin recordar hasta la conversación con su hija el contenido que había leído. No vuelven a conversar el tema, no lo comenta con otros familiares.

¿Que relación tenia todo esto con el no comer de Daniela? ¿Y con el vomitar? ¿Con el verse gorda? ¿Y con el cortarse los brazos?

Vuelvo a pensar en ese primer recorte del caso: la fotografía bajo la lluvia. La mama de Daniela comienza a relatar su propia historia de abuso sexual. La polio la dejo en silla de ruedas desde los nueve años de edad, fecha en la que también muere su padre. Su madre “construye una nueva pareja o destruye la familia”. Al tiempo su madre muere y su padrastro comienza a abusar de ella. También de sus hermanas, aunque de ella con mayor frecuencia ya que por su condición de discapacitada motora no podía correr o escapar.

Al tiempo el equipo interdisciplinario recibe a Daniela. Su aspecto no muy delimitado la mostraba como emo-punk-flogger. Una joven preciosa. Vestida y maquillada de negro. “¿Sabes porque estas aca Daniela?” “Si. Por lo de mi prima. Hace tres años se mato, se tiro debajo de un tren. Yo fui a su casa y leí su diario. Ahí contó lo que le paso en mi casa … El tipo que vivía en mi casa abuso de ella. Ella se quedaba en mi casa para ayudar porque tenía tres años más que yo. Después que ella se mato empecé a vomitar…” Relata primero el abuso de su prima, y luego el propio, ambos llevados a cabo por el mismo perpetrador.

Como pensar aquí la hipótesis de Rosa Inés Colombo en torno a la vulnerabilidad ¿en esta familia existen disfunciones parentales? ¿ no es eficaz el cumplimiento de la función materna? ¿Hay anomalías que dejaron librado a la niña en un lugar de vulnerabilidad que puede llevar al abuso?

Pensemos la vulnerabilidad en Daniela: ¿Cuál? ¿La de la discapacidad motora de sus padres? ¿El fallecimiento de su hermano y la incorporación de un vecino al rango de “como un hijo” para su madre? ¿El suicidio de su prima con la que convivió gran parte de su vida?

Daniela continúa en tratamiento: se ha empoderado de su vida, se alimenta bien, ya no vomita, ya no se corta. Su mama también continúa en tratamiento. También han asistido sus tíos, padres de su prima fallecida e intentaron entender lo que había pasado en su hija y en su sobrina. También se han entrevistado en varias oportunidades a sus tías maternas, que al igual que su madre han sido victimas de ASI por parte de su padrastro. Y por ultimo también se indico tratamiento específico al hermano menor del abusador, quien también había sido abusado por su hermano y a su vez había presentado conductas abusivas hacia otros miembros de su familia.

Daniela al igual que aquellos sujetos que han atravesado las diferentes etapas del Síndrome de Acomodación al Abuso Sexual Infantil y se han fijado en el estadio de la retractación desarrollan a posteriori patologías alimentarias tales como anorexia y bulimia, correspondiendo al tercio de los consultantes en la demanda actual de asistencia por padecimiento de patologías alimentarias.

Las patologías alimentarias pueden ocultar un SAASI, un ASI no olvidado, pero si tapado por la vergüenza y la culpa, sin animarse a volver a hablar. En la presencia de la patología alimentaria hay una ayer que se hoy. Había una niña impotente que se consideraba culpable. Siente vergüenza de su cuerpo. Vuelve todo el pasado, desplazado. Rechazo y asco hacia el propio cuerpo en el ASI, que ahora vuelven hacia el propio cuerpo, justificando ese odio al propio cuerpo en la comida. La dismorfofobia refiere a otra deformación, la identificación con el abusador. Hallamos como terapeutas un pasado presentificado. Lo que esta en juego es la desaparición. En la anorexia logra un cuerpo no deseado: cadavérico. También en la bulimia y en los trastornos por atracón: deformo el cuerpo. Se intenta desaparecer.

El tratamiento es complejo. No alcanza con decir que se trata de un arduo camino. Y mas allá de línea teórica que sustente el trabajo terapéutico debe incluir el considerar integrar todos los recursos del paciente y de su medio. Y los nuestros: los de la persona del terapeuta.

ANALIA VERÓNICA LOSADA (ARGENTINA)

16.3.09

Revinculaciones en casos de abuso sexual infantil: Posibilidades y limitaciones (Patricia Visir)

¿Qué significa “revincular”?
¿Volver a vincular?
¿Volver a la relación previa al develamiento?
¿Crear una nueva vinculación?
¿Reunificar?
¿Facilitar el reencuentro?


Un simple encuentro de esta naturaleza satisface más el derecho de contacto del progenitor no conviviente que el interés superior del niño/a.

¿Vínculo o relación?
“La revinculación responde a la necesidad del niño de tener un padre”
 Generalización. Figura paterna y la constitución normal de la subjetividad infantil. Rol. Presencia.
 Heterogeneidad de estructuras parentales.
 El mundo de vínculos de la familia. Representación mental y afecto.
 Ligadura sufrimiento o placer: otras relaciones.
 Vinculo: ligadura inconsciente, matriz.
 Relación: multiplicidad de sus manifestaciones
 Vínculo paterno filial: más allá de los avatares relac.

“…Una unidad social que posibilita crecer a sus miembros y desarrollar sus capacidades, su potencial y habilidades necesarias para lograr su autonomía, como también un lugar de sufrimiento, arbitariedad, injusticia, opresión, pena, amenaza, violencia… Allí donde circulan nuestros afectos más grandes emergen los sufrimientos más intensos. De ser también violentos, abusivos, y fuera de la ley…”
(Perrone- Nannini, 1997)


Todo niño nace y crece en una estructura vincular que le posibilitará o no su desarrollo. En estos casos es menester evaluar profundamente si el vínculo es protector, o puede tornarse seguro o si es, y seguirá siendo, un vínculo de riesgo.

SISTEMAS DE CREENCIAS
PENSAR A LA FAMILIA COMO EL ÚNICO LUGAR POSIBLE DE CRIANZA, PUEDE CERRAR LAS POSIBILIDADES PARA LA BÚSQUEDA DE ALTERNATIVAS PROTECTORAS PARA EL REPARADOR CRECIMIENTO DEL NIÑO/A.

El padre abusivo
 No provee al niño/a de las herramientas básicas para su sano desarrollo integral.
 Es deficitario y dañino en el cumplimiento de la función paterna.
 Las investigaciones sobre las terribles secuelas de la separación de tales padres de sus hijos victimizados no son concluyentes.
 La bibliografía señala que esta función puede ser suplida por otros adultos o miembros del sistema. (Andolfi, Minuchin y Bowen)

Algunas preguntas

¿Qué implicancias tiene los procesos de revinculación en los casos de abuso sexual infantil?

¿Cuál es el interés de la Justicia al ordenar estos procesos?

¿Cómo se llevan a cabo estos procesos?

CASOS DE ABUSO SEXUAL
¿Cuándo se propone la revinculación?
 Tras una separación subsecuente a una denuncia por ASI, con un dx negativo o incierto
 Tras una separación subsecuente a una denuncia por ASI, mientras se realiza un diagnóstico, o bien con un dx plausible o confirmado, o bien mientras se está llevando a cabo la instrucción penal.

¿A quien espera beneficiar?
 ¿Al niño?
 ¿Al progenitor acusado de abusar de su hijo?
 ¿A la familia como idea, como necesidad, como esperanza?

Mitos…
“en realidad no fue tan grave”
“después de todo es el padre”
“hay que perdonar”
“cuando crezca va a olvidar”
“no hay que cortar el vínculo” ...
Consecuencias de estos enfoques
 Si el abuso no existió
La separación se dio por una sospecha y no se habla del tema en la revinculación: se pasa por alto la dinámica que llevó a esta situación.

 Si el abuso existió
Se perpetúa la práctica del ASI a partir de su negación. Se desestiman sus efectos. (sin validación) Ni el ofensor ni el sistema reconocen el abuso. Riesgo de reincidencia.

Relaciones reparatorias
 Restitución de relaciones: dar lugar a lo sano y protectivo para romper el circuito de transmisión intergeneracional de la violencia.

 Pensar en la posibilidad de que lo reparatorio no siempre provenga de la relación padres-hijos, sino de otros lugares y otras relaciones.


Implícitos asumidos durante los procesos de revinculación
 Es posible que el abuso no haya ocurrido.

 No se puede hablar de algo que posiblemente no haya ocurrido. Si se habla de algo que posiblemente no ocurrió puede suceder que el niño empiece a creer que sí sucedió; (teorías de co construcción, inoculación por parte de un progenitor, sugestonabilidad infantil) daño relación p-h.

 Los progenitores asumen roles opuestos en sentidos inversos a los que se dieron en la denuncia, donde el denunciante es el protector y el denunciado el ofensor; así el denunciante pasa a ser el que obstruye (connotación negativa) y el denunciado asume el nuevo rol de víctima; el niño primeramente víctima, vuelve a su estatus inicial de “niño” a secas. (Su protección deja de ser la prioridad)


Supuestos que deberían guiar un proceso de revinculación
 La protección infantil es prioritaria a los derechos parentales
 Planificación cuidadosa y anticipada
 Llevar al control y erradicación de prácticas de desprotección y riesgo para el niño/a
 Se puede evitar la revictimización sexual pero es difícil controlar el abuso emocional y la manipulación
 Mantener una mente abierta a las diversas razones por las que un niño puede querer -o no- ver a su papá. (Beneficio, monitoreo, reparación).

Preparación de un encuadre de trabajo posible
 Establecer una política clara respecto de la entrega de “regalos”, tener en cuenta su posible influencia
 No es bueno que el padre haga comentarios sobre su propio estado anímico por no ver a su hijo/a conflicto de lealtades y negación del abuso; tampoco sobre un pronto restablecimiento del vínculo sin limitaciones, creando falsas expectativas
 Necesidad de entender los procesos evolutivos, explicar al niño la situación en la que se encuentra. Dar información a niño acerca del proceso y alcances.
 No permitir la presencia de juegos o acercamientos que el niño/a refirió como abusivos o preparatorios.
 Es imprescindible que el profesional revinculador lea los antecedentes del caso y esté presente siempre.
 Evitar cualquier situación de los adultos que pueda significar presión sobre el niño. (Discusiones adultos)
 Es absolutamente contraproducente realizar la revinculación en paralelo con una pericia psicológica Retractaciones, conflicto de lealtades, prueba sesgada.
 Suspender la revinculación ante el surgimiento/ reaparición de síntomas asociados al ASI o a su dinámica
 Ser claros en cuanto al respeto por el cuerpo infantil, ante posibles contactos intrusivos o intimidatorios.
 Contextualizar, comprender y ayudar al progenitor no abusivo a acompañar el p. r. Incluirlo en el plan.
 Ser claros y explícitos con todas las partes respecto de los alcances y limitaciones del nuevo contacto. ¿Incluir familia?
 Es necesario que cada miembro involucrado esté en tratamiento psicoterapéutico y que los profesionales intervinientes estén comunicados con el revinculador.
 Es importante aclarar –si bien el padre acusado no está obligado a asumir la comisión del A.S. en el p.r.- que la denuncia desencadenó en la desvinculación, y que si el niño quiere hablar de esto, el adulto no está obligado a responder, pero debe abstenerse de contrariar, culpar, confrontar o acusar veladamente de mentiroso al niño.
 El p. r. debe darse en un contexto terapéutico.

El proceso de nueva vinculación tiene como objetivo central establecer un lugar seguro para para la contención emocional del niño/niña.

El abuso sexual se desarrolla en un contexto de maltrato emocional, y presión psicológica a veces imperceptible. La participación activa del agente de salud/social es fundamental, para marcar alteraciones del encuadre acordado, teniendo en cuenta el metalenguaje de las interacciones, favoreciendo el cambio y erradicando estructuras abusivas naturalizadas.

Algunas consecuencias posibles para el psiquismo infantil de los p.r. inapropiados
 Confusión respecto de la protección/seguridad. Desconfianza.
 Reaparición o recrudecimiento de síntomas
 Retractación: el abuso no ocurrió
 Sobreadaptación: acomodación a las necesidades de los adultos como modalidad de vinculación y supervivencia

Consecuencias posibles para el psiquismo infantil de los p. r. inapropiados (cont.)
 Desconfianza respecto de las propias percepciones –disonancia cognitiva-doble vínculo
 Aumento del uso de mecanismos disociativos

 Cristalización del conflicto de lealtad que obstaculiza su sana resolución
 Obstáculo a la prevención de futuras revictimizaciones

MIEDO
DESCONFIANZA
VULNERABILIDAD
REVICTIMIZACION

…¿Y EN LA VIDA ADULTA?...



Bibliografía consultada

 Baita, S. y Visir, P. (2006) Controversias de de la revinculación en casos de abuso sexual y sus consecuencias para el psiquismo infantil. En Abuso sexual en la infancia 2. Jorge Volnovich (Comp.), Buenos Aires, LUMEN.

 Caprarulo, C. y Pirozzo, M. (2003) Revinculación: reflexiones a partir de la clínica.

 Viar, J.P. y Lamberti, S. (2003) Algunas reflexiones acerca de la revinculación en el ámbito jurídico. En Maltrato infantil: Riesgos del compromiso profesional. Silvio Lamberti (Comp.) Buenos Aires, Ed. UNIVERSIDAD.

ENTREVISTA: Juez Dr. Carlos Rozanski

"Las criaturas no pueden repetir situaciones sexuales no vividas"
El magistrado -pionero en la investigación de crímenes sexuales contra menores- rechazó las teorías como el "síndrome de alienación parental", que establece la posibilidad de que los chicos abusados fabulen a instancias de un progenitor, y otras estrategias defensistas que insisten en "revictimizar" a los menores en el proceso judicial.


Es una teoría de las más controvertidas -y crueles- entre las que rodean al fenómeno del abuso sexual infantil. Partidarios y detractores se trenzan en encarnizados debates en cuanto foro sobre el tema pueda hallarse en internet. Se lo llama "Síndrome de alienación parental" (SAP), fue propuesto por Richard Gardner en Estados Unidos en 1985 y tiene seguidores en la Argentina.
"El síndrome de alienación parental es un engendro", afirma categóricamente el juez Carlos Rozanski, uno de los mayores especialistas del país en abuso sexual infantil y autor del proyecto que impuso la Cámara Gesell como método de entrevista de las niñas y niños víctimas de delitos contra la integridad sexual.
Rozanski dialogó con "Río Negro" durante su visita a Neuquén. Es interesante observar el rol que le asigna al operador judicial que se muestra receptivo a aplicar soluciones de esta naturaleza a los casos de abuso sexual infantil.
-¿El síndrome de alienación parental es uno de los mitos que rodean el abuso sexual infantil?
-Es un engendro más que un mito. En el contexto de la problemática del abuso sexual infantil aparece un autor de otro país que elabora esta teoría del SAP, que termina editando su propio libro porque no hay colega que valide lo que dice; después encuentra eco en nuestro país en ciertas personas, entonces se intenta y se logra transpolar un engendro sin aclarar las cosas como son, simplificándolo y diciendo: "Bueno, las madres que están resentidas con sus esposos por problemas familiares les llenan la cabeza a las criaturas para que digan que el papá las abusó". Y esto encima tiene un nombre serio: "síndrome de alienación parental", y un autor en inglés y qué sé yo. Uno entonces mira al imputado y dice: "Cuánto de esto habrá y no nos dimos cuenta; este pobre señor que está sentado acá a lo mejor es una víctima del SAP". Esto prendió y es difícil desarticularlo, porque sólo se puede desarticular con cultura, conociendo de dónde viene, sabiendo quién elabora la teoría y por qué aplicarla acá no tiene nada que ver y es un mecanismo más de los utilizados para lograr impunidad. La confusión entre pseudoteorías científicas, trasladadas a un problema de tanta sensibilidad como es éste, que les rompe la cabeza a los operadores jurídicos... porque es fuerte, es algo que a nadie le gusta porque le duele, le repugna, lo vincula con su propia historia sexual... en ese contexto, venir a decir eso o cualquier otra cosa que permita pensar "entonces este señor no fue", desde mi punto de vista apunta a la comodidad emocional del operador. Muchas veces el operador, consciente o inconscientemente, compra esto y se va a dormir tranquilo porque "el señor fue víctima de un complot". Nada más pensemos desde el punto de vista contrario: aquella criatura que dice lo que puede, muestra lo que puede, que además no le creen, que cuando le creen le vuelven a preguntar 300 veces hasta que dice "Qué sé yo"... y esto es así, el SAP es una mentira, un engendro. Podrá existir algún tipo de cuadro que no tenga nada que ver con abuso sexual, casos en los cuales por alguna razón alguna mujer perversa convenza a una criatura que esté en edad de ser convencida... porque ése es otro punto: las criaturas hasta cierta edad están imposibilitadas de generar o repetir situaciones sexuales no vividas. Pero cuando empiezan a poder inventar esas cosas, eso no resiste ningún análisis serio del observador, por lo tanto no significan ningún riesgo serio para el procesado. Si todo esto no es analizado, conocido por el operador jurídico, la visión va a ser simple. Cada vez que un acusado diga: "Mi señora está resentida porque le metí los cuernos"... yo lo escuché muchas veces... dicen: "Le llenó la cabeza a la nena; yo soy incapaz de hacer lo que dicen que hice". Ese tipo de argumentos, escuchando desde el oído que necesita escuchar eso para estar más tranquilo de que el hecho no pasó, lo lleva a la conclusión de que el hecho no pasó.
-¿Y cuando la víctima cambia su relato?
-Lo que no puedo, no debo, porque es ilegal e inmoral, es interpretar determinadas variaciones de relatos de la víctima fuera del contexto que es el fenómeno del abuso y tratar de interpretar jurídicamente esas variaciones como haría si interpretara un robo. El mal funcionario trata un tema de abuso con las características de un robo común, que es lo que dogmáticamente aprendió en la Facultad de Derecho. El operador tiene que estar capacitado para valorar las variaciones del relato, pero para eso tiene que saber qué posibilidades tiene la persona de hacer el relato. Son cuestiones que, a pesar de ser de sentido común, uno ve que no es así, lo cual confirma que el sentido común en algunos ámbitos del Estado es sólo teórico.
-La Cámara Gesell ha recibido críticas desde su implementación y una de las más frecuentes es que no hay operadores calificados. Algunos psicólogos se niegan a participar porque dicen que ellos no son interrogadores y, si bien es natural que los defensores la cuestionen, también algunos jueces lo hacen. ¿Qué debe modificarse? ¿Hay que crear una especialidad nueva de operadores?
-La Cámara Gesell se generó a partir de un caso de El Bolsón. Hace 13 ó 14 años hicimos un juicio en el que la víctima era una chiquita retrasada mental a la que le habían metido un palo en la vagina. El juez que estaba al lado mío le preguntaba si el muchacho le gustaba y si tenía ganas de tocarlo. Más allá del horror que me provocó el funcionario que hacía esa interrogación -e hice la denuncia-, había otro aspecto de esa escena y me di cuenta después de pensarlo: esa nena no tenía que estar ahí, porque las circunstancias por las que atraviesa esta clase de víctimas son incompatibles con sentarlas delante de extraños y pedirles que hablen. No están en condiciones de hablar de nada, son vulnerables a niveles insospechados y serán agredidos si no se modifica el sistema. A raíz de ese hecho que me rompió la cabeza trabajé durante años en el proyecto que en el 2003 se transformó en ley y modificó el Código de Procedimiento, y por lo menos en Buenos Aires esos chicos no son interrogados por nadie en ninguna etapa. Que los cuestionamientos surjan sobre todo de la defensa es la mejor forma de explicar la verdadera razón por la que hay que sacar a la criatura de la escena: se le está quitando una herramienta defensiva esencial que es la destrucción de la víctima, el aniquilamiento de lo que le queda de salud mental para que termine confundida, porque eso implica una absolución del acusado. ¿Cómo se desarticula esto? Haciendo justicia con esa criatura, es decir, sacándola de la escena. En cuanto a la resistencia de los jueces, cuando se sanciona esta ley se les prohíbe a los jueces interactuar con los chicos. Sólo pueden ser entrevistados por un especialista. Esto que saca al chico de la esfera de jueces, fiscales y defensores, obtuvo dos reacciones: hubo jueces que con un nivel de soberbia muy elevado decían "¿Cómo yo no voy a poder preguntar?", o "¿Cómo voy a hacer daño si pregunto?". Eso es una combinación de soberbia con falta de conocimiento porque el conocimiento del fenómeno del abuso sexual, a la persona de bien, la lleva a decir naturalmente: "Esto no tiene que seguir pasando". Si el fenómeno se entiende en serio, lo perverso es maltratar a la criatura que ha sido abusada. Hay que trabajar con esa resistencia porque la resistencia se tradujo en reacción, de gente muy reaccionaria como el término lo indica, gente que además es violenta de distintas maneras.
Se intenta contraponer la idea del debido proceso a los derechos de la víctima, pero no hay contrapuestos. No significa que para llegar al debido proceso se deba torturar a la víctima. Detrás de todo esto, las razones son siempre las mismas: la visión de este tema ha sido androcéntrica, masculina, de género. Las leyes fueron hechas, interpretadas y aplicadas por hombres y las víctimas en la inmensa mayoría siempre son mujeres; en ese contexto es lógico que haya las reacciones que hay. Detrás hay una trayectoria de siglos de discriminación, de maltratos, y sólo se rompe entendiendo cómo es y no Mnegociando estas cosas.
-Insisto sobre un punto: ¿los operadores están capacitados, debe haber una especialización en entrevista a menores en Cámara Gesell?
-El operador es un tema aparte, posterior. Lo importante es que el sistema mejoró el procedimiento, esto es un hecho más allá de las críticas. Y hay que ver cuál es la intención de la crítica: el primero en criticar es el abusador. Y esto es un síntoma importante. Que haya operadores no capacitados no significa invalidar el procedimiento. Trabajemos para capacitar mejor, pero no volvamos a un procedimiento de escarnio de la víctima. ¿Cuál es la alternativa? Como no hay operadores suficientemente capacitados, traigamos a la nena y que seis tipos de saco y corbata le pregunten dónde le metieron el pito. Esto es descabellado.
-Usted conoce el caso que ha tenido tanta repercusión en Neuquén. Un tribunal condenó por abuso sexual simple a un hombre que embarazó a una niña. Entre otros argumentos la Cámara dijo que no se le hizo un examen ginecológico a la víctima para comprobar si existió penetración, y el juez de primera instancia dice que no lo hizo para no revictimizar a la menor. ¿Cómo se manejan estas situaciones?
-No analizo casos del lugar donde estoy, entre otras razones porque el caso está vigente, atravesando la sociedad. Que aparezca un tercero opinando me parece contraproducente.
-Le reformulo la pregunta. ¿Cómo hacer exámenes ginecológicos a una niña sin que signifique una revictimización?
-La reiteración de pericias también es una estrategia defensista, porque saben que provoca agotamiento en la víctima y llega un punto en que lo que la víctima quiere es que se termine todo, que no metan a nadie preso pero que por favor dejen de hacerle abrir las piernas en público. Esto no significa que en los casos de abusos sean imprescindibles determinados exámenes, que deben hacerse en un contexto que sea respetuoso, con una invasión mínima. Hay que hacerlos bien y una vez, no dos. El tema es que si lo hacemos mal de entrada vamos a tener problemas después. Uno de los graves problemas en la Argentina es la intervención desarticulada. Éste es un país desarticulado, tenemos problemas para trabajar en la interdisciplina. Si el policía, el médico, el psicólogo, el juez, cada uno tiene una incumbencia tan cerrada intelectualmente, la articulación no se va a producir y, si no se produce, la víctima es la que sufre.
-¿Qué hay que hacer con los violadores?
-Hay dos clases: está el que en la esquina agarra a una mujer y la viola y está el abusador de niños, que es otra clase de patología. En todos los casos son conductas anormales, lo cual no significa que sean inimputables. Si uno tiene claro el nivel de peligrosidad del individuo, por lo menos va a tener claro que es imprescindible aislarlo de la posibilidad -inmediata por lo menos- de seguir haciendo daño. Lo primero debe ser aislarlo. Por eso es absolutamente repudiable que se esté incorporando el concepto de mediación a estos temas, que no son mediables. En Buenos Aires hay algunos tribunales que en determinados casos están haciendo lo que se llama "la revinculación", y para eso programan reuniones en algún lugar donde con cierta supervisión se van encontrando maltratadores y maltratados. Debe tenerse en cuenta que una característica extraordinaria es la asimetría que hay entre la víctima y el victimario. La mediación, la revinculación, cualquier intento de acercar partes, tiene que presuponer simetría. Si no hay simetría se están equivocando en la metodología y, como no puede haber simetría entre una criatura y un adulto, si además esa criatura padeció algo de ese adulto, es patológico que a alguien se le ocurra juntarlos. Además no sólo es injusto: implica ignorancia. Yo juzgué durante casi 10 años casos de abuso infantil. Jamás, ni aun después de condenada, la persona reconoció el hecho. Y esto es una característica del fenómeno. Son psicópatas, y el psicópata no tiene remordimientos, no se arrepiente. Entonces, ¿qué van a mediar con un psicópata y una criatura? Se la van a entregar en bandeja... Es muy grave un sistema que engendra funcionarios que creen que en esto se puede mediar.

16.3.08

Te invito a que visites (sólo para niños, niñas y adolescentes):




"Rompiendo la burbuja"
¿Qué es maltrato?
¿Qué es abuso?
¿Cómo ayudo a un amigo maltratado?

M A L T R A T O Y A B U S O I N F A N T I L


En Uruguay más del 50 % de los niños menores de 6 años crecen en hogares que están por debajo de la línea de pobreza. Dentro de unas pocas décadas, esos niños serán la mayoría de nuestra población activa.

Sabemos que la pobreza extrema, con la marginación y autoexclusión que genera, constituye un factor de riesgo sustancial para que se instalen diversas patologías, que quizás en condiciones ambientales más favorables no se hubieran desarrollado.

Tal es el caso lamentable de la violencia intrafamiliar; con su alta incidencia, y las graves secuelas que acarrea en quienes son víctimas de ella. Se trata de un tema que nos obliga a revisar creencias y aprendizajes que provienen de nuestra propia infancia, ya que existen formas de maltrato que hemos asumido como un modo natural de crianza y educación.

Relaciones de poder: el pedestal de la violencia

“La violencia es, sobre todo, el fracaso de la inteligencia”

(Dr. Luis Fonticiella Padrón)

El fenómeno de la violencia dentro del ámbito familiar no es un problema reciente.

Existe desde tiempos remotos; diversas culturas han utilizado el maltrato como una forma tolerada y aceptada de educación de los hijos o de tratamiento hacia la mujer y el anciano.

Como expresa Eduardo Galeano:

" La extorsión, el insulto, la amenaza, el coscorrón, la bofetada, la paliza, el azote, el cuarto oscuro, la ducha helada, el ayuno obligatorio, la comida obligatoria, la prohibición de salir, la prohibición de decir lo que piensa, la prohibición de hacer lo que siente y la humillación pública, son algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales en la vida de la familia. Para castigo de la desobediencia y escarmiento de la libertad, la tradición familiar perpetúa una cultura del terror que humilla a la mujer, enseña a los hijos a mentir y contagia la-peste-del-miedo. Los derechos humanos tendrían que empezar por casa ... "

¿Qué fue lo que ocurrió en el siglo XX, más específicamente en la década de los 60 ?

La violencia intrafamiliar comenzó a considerarse un problema sanitario al constatarse que las conductas violentas hasta entonces aceptadas culturalmente provocaban graves repercusiones (a corto, mediano y largo plazo) en la salud bio-psico-social de las víctimas.

¿Qué es “violencia”?

El término proviene del latín vis =fuerza. Se trata entonces de una fuerza que se ejerce en contra de otra persona infligiéndole cierto daño, y se configura cuando uno de los miembros de la familia comete un acto abusivo hacia otro, sustentado en su poder o jerarquía.

Las forma más común-quizás por ello la más invisible- es el abuso psicológico, que implica toda acción u omisión que dañe la autoestima, la identidad o el desarrollo de la persona, y que incluye insultos, humillaciones, amenazas, silencios prolongados, burlas, desprecios, entre otros.

El abuso físico consiste en pegar, empujar, romper objetos, pellizcar, tirar del pelo.

El abuso sexual involucra cualquier comportamiento en el que un niño es utilizado por un adulto como medio para obtener estimulación o gratificación sexual. La negligencia comprende cualquier omisión de las acciones necesarias para atender el desarrollo y el bienestar del niño, y también constituye una forma de maltrato.

Otra modalidad a considerar, no menos importante, es el caso de los niños testigos de violencia " Cuando los niños presencian situaciones crónicas de violencia entre sus padres, los estudios comparativos muestran que estos niños presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son víctimas de abuso” (Corsi, 1994).

La violencia (en la mayoría de los casos) es una práctica aprendida y consciente, que surge como resultado de una organización social basada en relaciones desiguales de poder. Por ende, no distingue posición social, o nivel educacional. Si bien se considera que la marginación, la desocupación o la extrema pobreza son factores de riesgo (entre otros muchos), las desigualdades producidas por el género y la edad son sus principales determinantes. Hablamos así de una sociedad patriarcal y adulto-céntrica donde los grupos más vulnerables son los que detentan menor poder; tal es el caso de las mujeres, los niños y los ancianos.

Sin embargo, es importante comprender que también los hombres son víctimas de este modelo cultural. El mandato social que legitima la masculinidad, (“los varones no lloran”, “si te pegan, defendete”), se traduce en una altísima tasa de muertes relacionadas con accidentes, consumo de sustancias, suicidio, homicidio, peleas callejeras, cifras que dan cuenta de lo gravosa que resulta esta impronta cultural para el varón en proceso de construcción de su identidad.

Aunque estemos hoy abordando la problemática de las víctimas de violencia dentro del ámbito familiar, no debemos limitarnos a una mirada parcializada que enfrente a hombres y mujeres en una guerra de intereses falsamente antagónicos.

Este modelo cobra víctimas en ambos “bandos”.

Cuando una familia se deshace como consecuencia de la violencia doméstica, aunque esto pueda resultar lo más recomendable en esa situación concreta y determinada, igualmente se produce un quiebre y un duelo en agredidos y agresores.

La pregunta que aquí cabe es : ¿acaso hay alguien que se beneficie con la perpetuación de este modelo?

Según datos proporcionados por UNICEF, en el 39 % de los hogares uruguayos se ejerce algún tipo de violencia contra los niños. Por otra parte, Naciones Unidas da cuenta de que a nivel mundial, una de cada cuatro mujeres es afectada por la violencia intrafamiliar

En nuestro país no existen estadísticas confiables sobre esta problemática porque las víctimas, en un alto porcentaje, no hacen pública su situación, así como tampoco quienes son testigos de ella.

Una de las características-muchas veces facilitadora- de la violencia doméstica es su invisibilidad…y el silencio. Hay quienes callan por pudor; otros por miedo a represalias. También pesan la vergüenza, los temores y las dudas acerca del tratamiento que recibirán y de la efectividad de la denuncia. Sin embargo, la violencia en el ámbito familiar implica un grave atentado contra el derecho a la vida, la dignidad, la integridad y la libertad, y constituye una violación a los derechos humanos.

Los padecimientos que acarrea son múltiples: traumas físicos, trastornos depresivos, ansiedad, temores injustificados, deterioro de la autoestima, predisposición al consumo de sustancias (alcohol y drogas), deserción escolar en los niños o problemas de conducta, problemas de aprendizaje, ideas de muerte o intentos de suicidio.

Por tratarse de una práctica aprendida, las víctimas del maltrato familiar pueden llegar a ser futuros maltratadores, al constituirse ellos mismos en padres, madres, esposos y esposas, hermanos o hermanas. Eso implica una trasmisión intergeneracional del modelo de relacionamiento violento.

Es esencial comprender que todos y cada uno somos actores protagónicos en este escenario. Se trata de un tema que nos obliga a interrogarnos y que en ocasiones quisiéramos no ver, no conocer.

Pero cada vez que ponemos palabras allí donde hay silencio, cada vez que detenemos nuestra mirada en aquello que se soslaya, estamos contribuyendo a descorrer el velo que encubre y facilita estas situaciones.

Ubicación del tema:



nViolación de los derechos humanos.
nProblema social.
nProblema de Salud Pública.

Definición de maltrato infantil:

lToda acción, omisión o trato negligente, intencional, que priva al niño de su bienestar, que interfiere en su desarrollo físico, psíquico o social y cuyos autores son personas del ámbito familiar.

ESTA DEFINICIÓN IMPLICA:

* intencionalidad (no comprende situaciones donde se haya causado daño por accidente)
* asimetría de poder (siempre implícita en las relaciones de fuerza)
* posibilidad real de dañar.

Tipos de maltrato:


pFísico
pEmocional
pNegligencia
pAbuso sexual

Maltrato físico:

n
ntoda acción voluntariamente realizada que provoque o pueda provocar lesiones físicas.
Ejemplos: golpes, quemaduras, tirones de pelo o de orejas, cachetadas, palizas, sacudones, mordeduras.

Algunos indicadores de maltrato físico:

nLesiones inconsistentes con la historia relatada.
nLesiones en distintos estadios de cicatrización.
nQuemaduras simétricas en forma de calcetín o de guante, producidas por inmersión en agua caliente.
nQuemaduras que reproducen la forma de un objeto
(plancha, sartén, cuerda, cigarrillos)
nZonas de pelo sano entre zonas arrancadas.
nFracturas y desplazamientos dentales.
nCualquier fractura en niños pequeños.

Qué es maltrato emocional:


pCualquier acción, normalmente de carácter verbal, o cualquier actitud de un adulto hacia un niño que provoque o pueda provocar en él daños psicológicos.
Ejemplos: ignorar al niño, privarlo de afecto y seguridad, insultarlo, amenazarlo, o aquellos casos en que el niño es testigo de conductas violentas.

Indicadores de maltrato emocional:

pConducta hipervigilante y temerosa.
pProblemas de relacionamiento.
pDificultades de aprendizaje.
pRetraimiento, apatía, o bien impulsividad e hiperactividad motora.
pOposicionismo, agresividad.
pAnsiedad y miedos.
pComportamiento autodestructivo (abuso de drogas y/o de alcohol).
pTristeza u otros síntomas de depresión.
pTrastornos del sueño.
pFugas.

Negligencia:

lla omisión de las acciones necesarias para atender el bienestar físico y psicológico de un niño.
Ejemplos: no tener vacunaciones al día, no proporcionar medicación a su tiempo y en las dosis indicadas, no visitar al médico cuando se muestren estados de salud deficientes, ausentismo escolar, repetidos accidentes domésticos.