28.11.09

COMO PENSAR EL ABUSO SEXUAL INFANTIL


Malena

Un integrante de un equipo de orientación escolar dispone lo necesario para comenzar el encuentro de Orientación Vocacional. Una tarea sencilla, piensa, que tiene que ver con lo preventivo en un séptimo grado: es decir, un espacio donde cada uno elegirá su futuro, su profesión, construirá el camino a seguir.

La técnica administrada es la autobiografía. Cada niño o niña escribirá en una hoja de su carpeta sobre su historia de vida. Luego se le consulta si alguien quiere leerlo en clase. Ahí esta nuestra niña, tercera de la fila, levanta la mano tímidamente y dice “yo”. Se pone de pie y comienza a leer “Soy Malena, tengo doce años y mi papá abusa de mí desde los cinco…” Luego desvanece. Sus compañeros parecen no entender, no creer lo que acaban de escuchar. La orientadora escolar llama a un servicio especializado en maltrato infantil. El servicio asiste a la niña y también a la docente que en entrevistas posteriores relata haber sido victima de abuso sexual en su infancia y no haberlo contado hasta el momento

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El A.S.I. (Abuso Sexual Infantil) es una problemática social, por el número de casos y por ser una forma por acción de maltrato infantil. Escuchar un relato de ASI nos afecta, nos involucra aunque no estemos presentes en la escena.

Como profesionales debemos ser cuidadosos en la forma de intervenir ante los casos de A.S.I. Las intervenciones deben incluir un análisis exhaustivo de los recursos del niño o niña, su resiliencia; como así de los recursos de su familia, de su familia extensa, de la comunidad donde reside y de los profesionales intervinientes, incluyendo un trabajo en red de la totalidad de los recursos existentes.

Las personas afectadas por el A.S.I. presentan una sensación de extrañeza, irrealidad, dolor, tristeza, sentimientos de vacío existencial, vivencias de culpabilidad y vergüenza.

El A.S.I. corresponde a la utilización de un menor por parte de un adulto en una actividad de carácter sexual sin el consentimiento de la víctima, ya sea por el uso de la fuerza o por no comprender plenamente el acto al cual ha sido sometido debido a su inmadurez psicofísica o nivel de comprensión.

El A.S.I. no es sinónimo de violación. Este es un acto de acceso carnal accedido a través de la fuerza e intimidación de la víctima. En el abuso sexual infantil raramente se utiliza la fuerza física para lograr contacto con el niño, que no ocurre en forma aislada o accidental.

Los niños víctimas no relatan con frecuencia estos hechos en forma espontánea, pero si lo expresan al preguntársele, por lo tanto revestiría de vital importancia para su detección la inclusión de este interrogante en las historia clínicas.

A pesar de ello Malena relatar el A.S.I. Realmente el A.S.I. tomaba la mayor parte de su biografía ¿Qué la llevo a contarlo ahora? ¿Qué no le permitió contarlo antes? El Dr. Reynaldo Perrone ofrece un modelo de comprensión de respuesta a estos interrogantes. El Dr. Perrone expone que aquellos sujetos que han padecido abusos sexuales infantiles en desigualdades en términos relaciones, es decir en relación de poder, presenta un estado con conciencia modificada, al que denomina estado de trance. Esto implica la posibilidad de relatar el A.S.I.: mantener el secreto por la vivencia de que algo esta mal y por la indicación del abusador. Es una relación abusiva, donde un adulto influencia a un niño y éste que atrapado, robado de su infancia.

En el trance hay una caída de la capacidad de crítica y discernimiento.

También se pierde la capacidad del resto de los convivientes para operar: la mamá no escucha nada, el hermano no oye a pesar de dormir en la misma habitación. El abusador mismo ha estado en aquel trance: cuando ha sido victima de abuso sexual en su infancia o cuando ha visto/no visto el abuso sexual de sus hermanos/as.

El niño se encuentra “hechizado”, atrapado en un “no contarás”, “es un secreto”, “queda entre nosotros” y en la amenaza “si lo decís voy a matarte”, “voy a matar a tu mamá”, “se enojan con vos, porque vos lo provocaste”, “vos te lo buscaste” o aun “todos los padres hacen esto los hijos”, “lo hago por tu bien”. El abusador deja en el niño la culpa de A.S.I. y la responsabilidad de proteger o mantener a la familia “unida”.

Estas familias se muestran como una imagen de familia sin mayores problemas, manteniendo oculto el A.S.I. El sostenimiento de este secreto incluye a todos los miembros del grupo familiar, aunque más tarde se cuestionara solo a la victima de mantener el secreto.

El concepto de hechizo en el A.S.I. desarrollado por el Dr. Perrone es viable de ser relacionado con el síndrome de S.A.A.S.I., ya que este hechizo da lugar a transitar el S.A.A.S.I.

En 1938 Ronald Summitt describe el S.A.A.S.I. para explicar las crisis del abuso sexual, la que refiere al abuso en sí mismo y a la crisis del develamiento del A.S.I.

El S.A.A.S.I. incluye cinco instancias.

1.- Secreto

Es frecuente que el agresor presione a la victima para que esta mantenga en secreto el ASI. El secreto es impuesto por la manipulación emocional, la amenaza, los sentimientos de culpabilidad. Las amenazas atemorizan a la victima, pero por otro lado el abusador le dice que si mantiene el secreto protegerá a su mama, hermanos, etc. Ya que si expresara el ASI se desintegraría su familia, caerían en la ruina económica, la internarían en un hogar, podría ir preso todo por su exclusiva responsabilidad, siempre y cuando alguien le creyera. El agresor convence a su victima que esta tiene poder para destruir a su familia y la responsabilidad de mantenerla unida. Los valores morales que le habían sido dados se encuentran totalmente alterados ya que mentir y ocultar se transforman en la forma de proteger a su familia. El mantener este secreto impide que la victima construya vínculos más o menos profundos con otros, aislándose y acrecentando los sentimientos de culpa y vergüenza. El niño mantiene el secreto a pesar de vivir la relación como peligrosa e incorrecta.

2.- Desprotección o Indefensión

La educación impartida a nuestra infancia conduce a los menores a evitar a personas desconocidas y obedecer, ser amables y cariñosos con las personas cercanas, constituyendo un factor de riesgo para el ASI, y a la vez para el sentimiento de desprotección de las victimas. El niño confía plenamente en las personas cercanas y no espera recibir de ellas una conducta inadecuada, sino protección. Si un adulto de su confianza lo somete al ASI el menor se sentirá traicionado en su confianza y totalmente desprotegido. Este ASI provoca en la victima el desarrollo de sentimientos de impotencia y desprotección que pueden perdurar a lo largo de toda su vida, y generalizarse al resto de sus relaciones interpersonales.

El menor se encuentra totalmente indefenso ante el abusador, no existe de responsabilidad ni culpa del niño ante el ASI.

3.- Atrapamiento y adaptación

El ASI cometidos por personas conocidas y de referencia para el niño es una experiencia recurrente, que se produce generalmente más de una vez. Debido a las imposibilidades de la victima de frenar el ASI, la victima tiende a adaptarse a la situación abusiva como método de supervivencia. La victima se encuentra atrapada por el secreto y la responsabilidad de mantener a su familia protegida de la desintegración y el dolor con el que el abusador le amenaza. Invaden a la víctima fuerte sentimientos de atropamiento y vivencias de que nunca saldrá del ASI.

4.- Develamiento tardío

También llamada fase de la revelación retardada, conflictiva y no convincente. Hay muchos casos de ASI que nunca han sido descubiertos. Esta etapa de develamiento tardío se produce porque la victima mantiene el silencio, hasta que puede comenzar a hablar y cuando lo cuenta se duda de su veracidad, de porque no hablo antes, si esto no es su fantasía, etc. En casos de desconfianza y negación por parte de la figura materna u otros miembros significativos del grupo familiar ante la develacion del ASI se observa el desarrollo de la patología alimentaria, cuya relación se expondrá en párrafos posteriores. La desconfianza y descreimiento que percibe la victima de parte de su oyente hacen que se cumpla uno de los preceptos del ofensor de que no será creída, y el ASI continuara en secreto entre abusador y abusado, a pesar del intento de la victima, a través de su relato, de recibir algún tipo de ayuda.

5.- Retractación

Aquellas victimas que no han recibido apoyo luego de la develacion, ya sea por que no les creyeron o porque sencillamente no se efectuaron acciones específicas que anularan los sentimientos de culpa y vergüenza, o incluso el cese del ASI es frecuente y habitual que se retracten de sus dichos. Ante la respuesta indiferente; nula o escasa del medio puede afirmar que esta es una invención; que esto no ha ocurrido; asumiendo un rol de perturbada, perversa y desequilibrada pero manteniendo una aparente armonía y estabilidad de su familia. Estos grupos familiares creen mas la retractación que el ASI, implicando esto enormes riesgos psicológicos a partir de esta no credibilidad y retractación

El conocer el S.A.A.S.I. ayuda a comprender lo que le sucede a los niños o lo que le sucedió a los adultos en una dinámica de tanta complejidad y atropamiento.

El secreto es dado en el marco del “hechizo”, es precondición del abuso. Aunque hay una condición aún anterior, que es la vulnerabilidad previa de la victima. Desde ya que la edad, es decir su condición de niño y la educación que indica la obediencia a los adultos es un factor, pero aquí hago referencia a la hipótesis de Rosa Inés Colombo, donde plantea que el A.S.I. es dado en una familia en la que existen disfunciones parentales y en espacial cuando no es eficaz el cumplimiento de las funciones materna siendo que estas cuestiones dejan al niño con una desprotección que pueda dar lugar al maltrato. Esta vulnerabilidad es resultante, entonces, de factores individuales familiares y sociales. Como sociedad no damos el espacio propicio para la promoción de la salud que empodere a los niños de forma tal que vivencien su cuerpo como no loable de tocamiento, excesos, abusos, y que acerque al adulto a una consulta si siente algún tipo de deseo de contacto sexual hacia un menor ¿No debería ser ésta una política de estado? ¿Puede un niño autoprotegerse?

El A.S.I. transcurre, la mayoría de las veces, en el domicilio del niño o en lugares familiares a éste, y los abusadores son sujetos familiares, amigos o de un círculo de confianza ¿Cómo enseñar a los niños que deben cuidarse aún de quienes aman y/o de quienes están a cargo de su cuidado? El niño percibe ante el A.S.I. que algo peligroso y temible lo invade. Allí en el hechizo, en el inicio del S.A.A.S.I., se observa en los niños victimas de A.S.I. desordenes disociativos. Comienza a disminuir su interés por la escuela, los amigos, las tareas diarias. El A.S.I. se presenta en forma arrasadora en un Yo débil, mostrando al niño en un estado de anestesia emocional con fuertes temores al contacto, rechazo, y un gran monto de angustia ligado a la culpa. Si el A.S.I. persiste y/o si el S.A.A.S.I. cumple sus cinco instancias se presentan trastornos en el sueño, trastornos alimentarios, depresiones severas con ideaciones y/o intentos suicidas, patologías en la alimentación como anorexia o bulimia y trastornos esfinterianos como encopresis, y enuresis.

Ante el A.S.I. el Yo se defiende por medio del mecanismo de disociación.

El hechizo actúa imposibilitando la huida y la fuga es dada desde el aparato psíquico para evitar el derrumbe o la aniquilación. A la vez el abusador promueve la idea de que todo estaría bien en la medida que el niño no devele el secreto, dando la imagen de que mantiene el equilibrio familiar y la responsabilidad de estos; además de la culpa del A.S.I. También le da al niño un relato de derrumbe y desmoronamiento individual, familiar, económico, etc. ante una posible revelación. Por ello el develamiento tardío se produce a raíz de un conflicto familiar grave, un descubrimiento de una tercera persona, un enamoramiento de la victima sobre alguien de su edad y condición, ante un embarazo consecuencia del A.S.I., entre otros.

A pesar del esfuerzo de niño en esta revelación tardía la retractación puede darse.

“Han pasado dos años. Su padre continúa detenido y Malena es obligada por su madre y el abogado de su progenitor a escribir un diario intimo negando el A.S.I., describiendo que todo ha sido una mentira. La rotura del himen de larga data, a pesar de sus doce años de edad, es explicada por sus encuentros con un novio del que no quiere decir nada. Este diario es aportado al proceso judicial”. “Malena había contado hacia dos años que su padre la pasaba a buscar por su casa a las cinco de la tarde, la llevaba a un lugar donde guardaba el taxi que conducía y allí abusaba de ella, todos los día”. “En la escuela una trabajadora social encuentra un acta firmada por los padres de Malena. Ambos padres habían sido citados cuando la niña tenía ocho años y se le consulta si el padre había tocado alguna vez a la niña, puesto que esta lo había contado. A la pregunta los padres dicen no, negando cualquier tipo de contacto de estas características. ¿Es esta la modalidad de intervención con la que podemos enfrentarnos al A.S.I.? ¿No es esta una nueva victimización? A pesar de ello cuatro años más tarde Malena vuelve a contarlo en la escuela y ahora lo escribe y lo lee frente a sus compañeros. El descreimiento, culpabilización y rechazo materno no ayudan a la niña, generando un abuso aún mayor

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Debemos brindar protección a los niños y niñas victimas de abuso sexual, explicita porque presenta sentimientos de culpabilidad y asegurarle que no es culpable, prevenir nuevos abusos disminuir su vulnerabilidad, ofrecer tratamiento psicoterapéutico también a su madre y n especial si ésta fuera víctima de A.S.I. y no ha tenido un espacio para su tramitación, situación que a la vez no le permitió proteger a su hija/o del A.S.I.

Teniendo en cuenta la edad del niño y los factores de vulnerabilidad dados, se debería diseñar el tratamiento adecuado, incluyendo a los miembros no abusados del grupo familiar y explicitando las dinámicas subyacentes, entre ellas el hechizo y el Síndrome de Acomodación al Abuso Sexual Infantil. A la vez es de carácter indispensable que el ofensor, en la mayoría de los casos abusados sexualmente en su infancia y/o adolescencia, reciba un dispositivo de tratamiento adecuado, incidiendo en el pronóstico el reconocimiento de los hechos, el relato de los propios A.S.I. padecidos y el diagnostico psicopatológico.

Malena padeció anorexia hiperrestricitiva. Continúa un tratamiento en un hospital de día psiquiátrico luego de varias internaciones. Sus padres y hermanos conviven en el mismo hogar y en circunstancias idénticas a las anteriores a la revelación.

Daniela: Una historia contada en dos diarios.

Ahí estaba la madre bajo la lluvia. Tocando el timbre en la puerta del instituto, sentada en su silla de ruedas. Le abro la puerta, entra y comienza a hablar: Su hija Daniela de dieciséis años de edad fue diagnosticada con bulimia nerviosa. Vomita, no come, se hace cortes en los brazos. Ella llora y dice no saber que hacer, que la llevo a diferentes profesionales, pero su hija le dice que no quiere vivir.

Vuelvo a como recibo a esta madre: en condiciones similares al test de la persona bajo la lluvia. Mojándose en su silla de rudas, sin ninguna protección. Me permito la licencia de analizar esa imagen, esa fotografía, como un grafico de este test. No tiene paraguas, ni ninguna otra defensa frente a la lluvia. Se encuentra ubicada sobre un enorme charco, a pesar de disponer de otros espacios sin agua en el piso. Ausencia de manos, ya que las mismas se encuentran dentro de las mangas de su suéter. Lluvia torrencial sobre si, no se coloca debajo del techo ubicado a escasos metros. Entre otros, en un grafico del test de persona bajo la lluvia estos son indicadores de ASI.

La mama relata que su hija ha padecido abuso sexual. Y dice que la condición de discapacitados motores de ella y su esposo les lleva a aceptar el ofrecimiento de ayuda de un joven vecino, que no podía continuar viviendo con su familia, quien inicialmente colabora con un emprendimiento comercial y luego reside en la vivienda del grupo familiar.

A los dos años de edad de Daniela, la pareja recibe un nuevo niño quien al año de edad fallece y ese mismo día nace una nueva niña. En la entrevista la mama de Daniela comenta que este joven vecino “vino a ocupar el lugar del hijo perdido” “yo lo quería como un hijo” “en su familia estaban agradecidos, ya no podían con el en la casa, pero se pusieron contentos cuando murió, sobre todo su hermano mas chico”.

¿Que tiene que ver todo eso con la consulta por la patología alimentaria?

Al día siguiente vuelve la mama de Daniela. Ya no llueve tanto. Continuamos con la entrevista. Cuenta que este vecino convivió con ello desde los 4 años de su hija hasta los seis años de esta. La convivencia cesa cuando encuentran a este joven ahorcado en el baño de su casa. Le dijeron a Daniela que este joven se había ido de viaje. Daniela pregunto por el por varios años. A la edad de nueve años vuelve sobre el tema ¿va a volver? La madre le explica que murió y que ya no volverá. En ese momento la niña hace un relato pormenorizado de los abusos sexuales a los que había sido sometida por el. Los abusos eran diarios. Su madre decide como comentar el hecho, y que la niña tampoco lo haga. En ese momento la progenitora recuerda que al hallar el cuerpo de este joven encuentran un diario intimo donde el describe sus sentimientos hacia las niñas de esta familia, y aporta datos que pueden pensarse como indicadores de abusos sexuales. La mama de Daniela había entregado este diario a la familia del muchacho, sin recordar hasta la conversación con su hija el contenido que había leído. No vuelven a conversar el tema, no lo comenta con otros familiares.

¿Que relación tenia todo esto con el no comer de Daniela? ¿Y con el vomitar? ¿Con el verse gorda? ¿Y con el cortarse los brazos?

Vuelvo a pensar en ese primer recorte del caso: la fotografía bajo la lluvia. La mama de Daniela comienza a relatar su propia historia de abuso sexual. La polio la dejo en silla de ruedas desde los nueve años de edad, fecha en la que también muere su padre. Su madre “construye una nueva pareja o destruye la familia”. Al tiempo su madre muere y su padrastro comienza a abusar de ella. También de sus hermanas, aunque de ella con mayor frecuencia ya que por su condición de discapacitada motora no podía correr o escapar.

Al tiempo el equipo interdisciplinario recibe a Daniela. Su aspecto no muy delimitado la mostraba como emo-punk-flogger. Una joven preciosa. Vestida y maquillada de negro. “¿Sabes porque estas aca Daniela?” “Si. Por lo de mi prima. Hace tres años se mato, se tiro debajo de un tren. Yo fui a su casa y leí su diario. Ahí contó lo que le paso en mi casa … El tipo que vivía en mi casa abuso de ella. Ella se quedaba en mi casa para ayudar porque tenía tres años más que yo. Después que ella se mato empecé a vomitar…” Relata primero el abuso de su prima, y luego el propio, ambos llevados a cabo por el mismo perpetrador.

Como pensar aquí la hipótesis de Rosa Inés Colombo en torno a la vulnerabilidad ¿en esta familia existen disfunciones parentales? ¿ no es eficaz el cumplimiento de la función materna? ¿Hay anomalías que dejaron librado a la niña en un lugar de vulnerabilidad que puede llevar al abuso?

Pensemos la vulnerabilidad en Daniela: ¿Cuál? ¿La de la discapacidad motora de sus padres? ¿El fallecimiento de su hermano y la incorporación de un vecino al rango de “como un hijo” para su madre? ¿El suicidio de su prima con la que convivió gran parte de su vida?

Daniela continúa en tratamiento: se ha empoderado de su vida, se alimenta bien, ya no vomita, ya no se corta. Su mama también continúa en tratamiento. También han asistido sus tíos, padres de su prima fallecida e intentaron entender lo que había pasado en su hija y en su sobrina. También se han entrevistado en varias oportunidades a sus tías maternas, que al igual que su madre han sido victimas de ASI por parte de su padrastro. Y por ultimo también se indico tratamiento específico al hermano menor del abusador, quien también había sido abusado por su hermano y a su vez había presentado conductas abusivas hacia otros miembros de su familia.

Daniela al igual que aquellos sujetos que han atravesado las diferentes etapas del Síndrome de Acomodación al Abuso Sexual Infantil y se han fijado en el estadio de la retractación desarrollan a posteriori patologías alimentarias tales como anorexia y bulimia, correspondiendo al tercio de los consultantes en la demanda actual de asistencia por padecimiento de patologías alimentarias.

Las patologías alimentarias pueden ocultar un SAASI, un ASI no olvidado, pero si tapado por la vergüenza y la culpa, sin animarse a volver a hablar. En la presencia de la patología alimentaria hay una ayer que se hoy. Había una niña impotente que se consideraba culpable. Siente vergüenza de su cuerpo. Vuelve todo el pasado, desplazado. Rechazo y asco hacia el propio cuerpo en el ASI, que ahora vuelven hacia el propio cuerpo, justificando ese odio al propio cuerpo en la comida. La dismorfofobia refiere a otra deformación, la identificación con el abusador. Hallamos como terapeutas un pasado presentificado. Lo que esta en juego es la desaparición. En la anorexia logra un cuerpo no deseado: cadavérico. También en la bulimia y en los trastornos por atracón: deformo el cuerpo. Se intenta desaparecer.

El tratamiento es complejo. No alcanza con decir que se trata de un arduo camino. Y mas allá de línea teórica que sustente el trabajo terapéutico debe incluir el considerar integrar todos los recursos del paciente y de su medio. Y los nuestros: los de la persona del terapeuta.

ANALIA VERÓNICA LOSADA (ARGENTINA)

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